Mi vida y tu vida están casi tan lejos como al principio.
La única diferencia con aquél día es la mentira.
Un lugar donde decirte cuanto te extraño. Un lugar para contar lo que me cuesta olvidarte. Un lugar solo para mi.
Mi vida y tu vida están casi tan lejos como al principio.
La única diferencia con aquél día es la mentira.
Solo quería hundirse en su boca. Ya no le importaba nada, sentir ese beso era urgente. Sentir su lengua saboreando sus labios, sentir su respiración, sentir su aroma, sentir, sentirse cerca. Hacer su boca suya como ya lo había hecho en sus sueños mil veces. Besarla. Abrazarla. Tocarla. Acariciarla. Besar su cuello, olerla. Apretarla suavecito para que se sintiera retenida, contenida, deseada.
Tocar sus manos y entrelazarlas. Morder sus labios mientras fija su mirada en ella, en su todo, en sus partes, en su pelo o su cuello. Abrazarla pasando debajo de su remera la yema de sus dedos.
Abrazarla realmente, pensando en jamás dejarla ir.